Su nombre científico es Irvingia gabonensis. Tiene propiedades que provocan la termogénesis, que es la reducción de las grasas mediante la temperatura corporal. Contiene una hormona llamada leptina, que tiende a reducir el almacenamiento de la grasa en el abdomen, por lo que es particularmente bueno para combatir los lípidos localizados en zonas problemáticas.
Se ha comprobado que su consumo desata el mecanismo natural que consume los lípidos, dentro de los procesos naturales del organismo. Además, su fibra soluble, tiende a permanecer más tiempo en el sistema digestivo, con lo que colabora con una sensación de saciedad frecuente.
El problema con este fruto, es que es exótico y no se puede encontrar con frecuencia en cualquier comercio. Por lo tanto, la forma más usual de poder acceder a el, es mediante comprimidos de Mango Africano para adelgazar, que se están volviendo bastante frecuentes.
La previsión que debes tener respecto a estos productos es la de verificar la certificación de calidad correspondiente, que comprueben que están realmente hechos con el verdadero Mango Africano. Algunas versiones, están hechas en realidad del mango regular, cuyos efectos no van a ser tan notables como aquellos hechos con el fruto original.
Otro problema con este producto, como tantos relacionados con la pérdida de peso es que suele promocionárselo como un producto mágico, capaz de reducir todo el sobrepeso de forma instantánea. Esto no es cierto. El Mango Africano para adelgazar, es un excelente complemento, pero puede ser inútil, sin una alimentación balanceada y ejercicio diario. Estas siguen siendo las bases inamovibles para afinar la cintura. Toda otra promesa, está fuera de la realidad. ¡Recuérdalo!
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